Ximena Pérez
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11 Nov
25 años de Slipknot: una celebración infernal en México

El pasado 8 de noviembre, una enorme fila de fanáticos se fue formando a las puertas del Foro Calle 2, donde la expectativa por ver a dos de los proyectos más importantes de la escena del metal estadounidense iba en aumento. Nada menos que Kerry King y Slipknot, quienes llegaron por segunda ocasión a tierras tapatías.

A las 19:30, en medio de la calma que precede la tormenta, todos los asistentes esperaban ansiosos el acto del gran Kerry King, conocido por ser el guitarrista y fundador de la legendaria banda de thrash metal Slayer. King nos sorprendió con su impresionante sonido, que retumbó por todo el recinto. Lo que siguió nos dejó aún más impactados: interpretó una de las canciones más icónicas y emblemáticas del metal extremo, y uno de los himnos más grandes de Slayer"Raining Blood", lanzada en 1986 como parte del album Reign in Blood, considerado uno de los discos más influyentes en la historia del thrash metal.

Tras el energético set de Kerry King, la emoción creció aún más, y el público estaba listo para seguir con el mosh pit. En ese momento, se desplegó una enorme manta que reveló lo que todos esperaban: el nombre de Slipknot en letras gigantes al fondo del escenario. Las ovaciones no se hicieron esperar y, minutos después, el estruendoso sonido de la inconfundible voz de Corey Taylor saludó a la audiencia. La presencia de los nueve integrantes de la banda fue suficiente para que el público comenzara a lanzar bebidas, saltar y desatar el caos que tanto esperaban. Cada rincón del escenario era gobernado por una figura enmascarada, generando un espectáculo lleno de calamidades, pero sin perder en ningún momento la precisión en la métrica y el tempo.

Esta gira tuvo un toque especial, ya que celebraba el 25 aniversario de su álbum debut, que los catapultó al estrellato del nü metal. Un álbum clave que pudimos escuchar en vivo, con grandes éxitos como “Eyeless”“Wait and Bleed” y “No hay bananas (Liberate)” demostrando que el nü metal sigue más vivo que nunca. Slipknot dejó claro lo importante que era para ellos presentarse ante el público tapatío. 

Durante el show, Corey Taylor aprovechó cualquier oportunidad para interactuar con los asistentes, invitándolos a ser parte del descontrol. A pesar de su español entrecortado, Corey expresó de manera sincera que su sueño era poder dominar el idioma para romper cualquier barrera de comunicación, algo que sin duda reflejaba el respeto y la dedicación de la banda hacia sus seguidores. A pesar de la fama de su imagen rebelde, Slipknot ha sabido mantener una cordialidad que se percibe genuina, aún con las controversias que los rodean.

Como ya es costumbre, la banda se rehusó a abandonar el escenario, apelando al cariño del público con la promesa de “una canción más” para los mexicanos, quienes estaban más que emocionados con cada momento del show. El amor de Slipknot hacia México culminó en un emotivo gesto: la presentación de una bandera mexicana. Un símbolo de respeto y agradecimiento que hizo estallar el foro en aplausos y ovaciones.

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